Leyendo 'El patrocinador de la innovación: Capital de riesgo'
He trabajado durante 20 años en empresas que ‘en su día’ fueron startups. Desde un punto de vista personal, ha sido un intento de construir una vida y, al mismo tiempo, estar en la cúspide del capitalismo de riesgo. Esas empresas, en su momento, utilizaron la creación e innovación como ingredientes principales para las ventas y el aumento del precio de las acciones, predicando un cambio hacia un mundo mejor. Cada vez que asistía a la convención anual de la empresa, me sentía inspirado por la misión y la satisfacción, pero en algún momento no pude evitar la sensación de que todo mi tiempo y esfuerzo se estaban utilizando únicamente para fortalecer el sistema a través de mayores ingresos.
Y la gente se desgasta en esos momentos.
“El patrocinador de la innovación: Capital de riesgo”, que incluso tiene un toque de aroma humanista, fue un libro de introducción perfecto. Rindo homenaje a la capacidad del autor para explicar los contenidos, que pueden resultar complejos, de forma sencilla y gradual. De hecho, he tenido la sensación de que no he visto muchos profesionales que expliquen fácilmente los conceptos básicos de las finanzas corporativas, que en realidad no deberían ser complejos.
“El capitalismo de riesgo genera dinero a través de la creación e innovación. El objetivo es cambiar hacia un mundo mejor.”
Es una definición emocionante. Pero también una definición que se relega fácilmente de la lista de prioridades. Después de todo, los humanos somos débiles y todos tenemos etapas incómodas en nuestras vidas. El año pasado visité California, un lugar donde el sol es abundante, el aire es fresco y seco, el vino es barato y bueno. Un lugar donde el dinero sobrante busca dónde ir. En ese contexto, entendí un poco la positividad y el optimismo del sector del capital de riesgo.
En una ocasión, introdujimos un programa de financiación de software como nuevo negocio dentro de la empresa. Los comerciales se burlaban de mí diciendo que estaba jugando con el dinero, pero ahora entiendo que esa broma definía la esencia del negocio. La razón por la que no me arrepiento de “jugar con el dinero” es porque sé que, a veces, he realizado transfusiones necesarias en el momento y lugar adecuados.
La naturaleza del negocio es esperar que el 0,5% de las empresas crezcan 100 veces. Me pregunto si esa tranquilidad y optimismo realmente funcionan en Europa o Asia. La semana pasada, me reuní con un director ejecutivo de una empresa de capital riesgo de origen coreano que me comentó que le había resultado difícil entrar en el mercado estadounidense o en el de Singapur, centrado en la tecnología. Ahora se centra en el sector del contenido cultural. Me pregunto si la fortaleza de Corea se encuentra en la cultura y la gente. ¿O es que solo prosperan las empresas optimizadas para el mercado coreano? El número máximo de clientes potenciales es el límite superior del valor de una startup, así que ¿cómo consiguen un crecimiento x100 las empresas optimizadas para el mercado coreano?
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